El Niño de Guzmán

El fresquecillo de la rauda columna de aire, mezclado con humo y part culas de carb n, que levanta el tren -aire que ya era espa ol-, aument la excitaci n de Pedro. G nero de embriaguez bien disculpable, tumulto de la sangre generosa en un cuerpo mozo y sano, robustecido por el deporte, no gastado por h bitos viciosos. Dimanaba de algo muy ntimo; de cosas pegadas al coraz n. Esto de entrar en la patria Espa a, Espa a... . Repet a en voz baja el nombre, como se repite el de una mujer en los balbucientes transportes del amor dichoso. Sus ojos se espaciaban por el paisaje, algo sorprendidos de encontrarlo id ntico al que quedaba atr s y a Francia pertenec a. La misma naturaleza agreste, los mismos vallecillos alternando con parduzcas laderas... Caser o id ntico... Igual estructura... Encogiose de hombros. Qu ten a de extra o? Qu realidad f sica implica una frontera? Para no seguir empolv ndose, metiose adentro y subi el cristal. Costumbres de pulcritud le mandaron abrir el saco de flexible tafilete que ostentaba en plata sus iniciales -P.N.G.- y sacar un cepillo que pas reiteradamente por el cuello y los hombros de su elegante ulster: La impaciencia, la tensi n de sus nervios, no le permit an sentarse y enfrascarse de nuevo en el volumen de la colecci n Tauchnitz, que momentos antes le hab a entretenido. De pronto, sobresaltose de alegr a: acababa de o r vocear peri dicos en lengua castellana. El Siglo Futuro, Imparcial, Liberal, El Correo Espa ol Abri la portezuela, busc moneda de cobre en el bolsillo, sueldos franceses a n, y compr todos los diarios, carlistas y republicanos... en mont n. No tuvo tiempo ni de escoger uno, pues record que all registraban. La noci n de la frontera patria se defin a concretamente: era el vejamen del fisco. Si alguien quiere convencerse de que Pedro es persona de encumbrada posici n social y refinados gustos, asista a la operaci n del registro de sus ba les y maletas, curioseando el contenido sin necesidad de calzarse los toscos guantes verdes de los carabineros. No hay revelaci n m s elocuente de las aficiones y el modo de ser ntimo que un equipaje: el equipaje es la casa en abreviatura, y la personalidad imperiosamente expresada